domingo, 1 de julio de 2018

España se va del Mundial de Rusia


 
 En 2008 se inicia la era del tiki-taka y los "jugones" con Luis Aragonés. Esta filosofía la mantendría más tarde  Vicente Del Bosque. Esas son unas señas de identidad que han dado dos Eurocopas y un Mundial. Prestigiar la posesión del balón, técnica depurada, pases y más pases hasta que la fruta va madurando y viene entonces el balón al hueco, el desmarque, hasta que los delanteros se meten hasta la cocina y empujan prácticamente el esférico a la red. Nada de pelotazos, pues, ni de rifar el balón. En realidad esta filosofía entronca con la del Drean Tean y la escuela de Cruyff con los rondos eternos y sigue con el Barsa de Guardiola que fue casi la base de esa selección  en el Mundial. 
 Todo eso es la antítesis del clementismo que suponía poner el autobús en la portería y pegar pelotazos a campo contrario a ver si Julio Salinas, como un pararrayos, bajaba el balón y de espaldas a portería se lo daba a los que salían al contraataque. 

Ya se ha visto los frutos que dio cada estilo. 

Ahora hemos llegado a este Mundial intentando mantener ese modo de hacer que nos dio tan buenos réditos. Pero hay algunos detalles que a mi entender explican un fracaso como el que se ha producido:

  Para dominar el partido con el sistema de toque y posesión hay que manejarse con una rapidez vertiginosa. Considerar esto da más mérito aún a los equipos que ganaron esos títulos. No es nada fácil. No da tiempo casi a pensar. Cuando Xavi recibía el balón hacía ya varios segundos que tenía dibujada la siguiente jugada en su cabeza. La rapidez mental de ese equipo era asombrosa. Hipnotizaban al conjunto contrario a bases de pases tan rápidos en los que ni veías el esférico y cuando menos te lo esperabas aparecía, rompiendo la retaguardia contraria totalmente, un balón al hueco que dejaba al "niño Torres" o al "guaje Villa" frente al portero. 

Eso exigía también jugar con un punta que no fuera un tanque sino alguien que rotara continuamente, cayendo a las bandas, entrando desde atrás, etc. 
 Ahora, se ha intentado continuar con este espíritu de juego pero con una lentitud que aburre a las ovejas. Las defensas contrarias se recomponen cómodamente, sin problemas.  Se quedan a verlas venir tranquilamente, sabiendo que tarde o temprano caerá algún contraataque y tendrán sus oportunidades. Y mientras, el equipo español sigue picando piedra a base de pases y pases y pases y pases... Y para más inri, el delantero centro que se utiliza para este sistema (Diego Costa)  no es un jugador de un dinamismo y una movilidad que facilite esta estrategia de posesión continua de balón,sino que es el típico tanque que haría las delicias del clementismo. 

A Javier Clemente se le acusaba de no dar espectáculo cuando ganó dos Ligas seguidas y una Copa con el Athletic de Bilbao, algo en realidad de un mérito innegable. Él contestaba socarrón: "el espectáculo lo doy con las gabarras cuando celebramos los títulos en la Ría..." 

No deja de ser una boutade pero por lo menos era consecuente cuando apostaba por su sistema del balonazo y el "a mí Sabino, que los arrollo"...

PD.  Qué despedida más “elegante” se le ha dado a Iniesta en la Selección.



(Texto: © Mariano López A. Abellán)


Imagen: Web de La Nación (lanacion.com.ar)


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