(Organizando
en la farmacia el asunto del valsartan. Han cambiado ya dos veces de protocolo
estos últimos días.)
El
problema vino cuando el Consejo de Europa aprobó un nuevo procedimiento para
fabricar este antihipertensivo. No sé a instancias de quién se aprobó, la
verdad. El caso es que en China se comenzó a utilizar este método a gran
escala. Con el tiempo se descubrió que con esta nueva síntesis -supongo que más
económica- el valsartan aparecía acompañado de una
impureza, una sustancia probablemente carcinogénica. Y resulta que en el país
asiático se fabrican grandes cantidades de medicamentos que se distribuyen y
comercializan por laboratorios especializados en genéricos para toda Europa. En
la farmacia manejamos una lista que ocupa cuarenta folios con todos los lotes
que hay que retirar. Si alguien viene con alguna caja que aparece en esa
relación, se le toma y se le cambia gratuitamente por una que esté en buen
estado. A veces, como dice el refrán, la avaricia rompe el saco. De tanto
intentar ahorrar y optimizar los beneficios, al final las pérdidas van a ser
más cuantiosas.
(Texto: Mariano López)
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