martes, 17 de julio de 2018

Colores fríos y colores cálidos. Las noches de estudio de Granada.

(Mark Rothko. Número 14. 1960)

 Después del café de rigor en el bar Toronto y de un cigarrillo mientras organizábamos toda la logística de la noche de estudio  (flexos, ceniceros, tabaco, apuntes, papel borrador sin blanquear que nos salía más barato y que comprábamos prácticamente al peso, roturadores, etc.), por fin comenzamos a concentrarnos, cada uno en sus materias, y arrancó la velada. Se acercaban los terceros parciales y la suerte comenzaba a estar echada. Pero aun quedaba  margen de maniobra y había que apurar hasta el último minuto. Yo recuerdo que por aquel entonces preparaba una asignatura de 3º de Farmacia  llamada Técnicas Instrumentales. Estábamos los habituales, los de Físicas, los futuros farmacéuticos y uno de aparejadores. Lentamente el humo del tabaco se iba adensando. A medida que nos concentrábamos el silencio inundaba el salón de estudio. No se escuchaba una mosca (ya las había en esa época del año) pero sí una gota que caía con regularidad del grifo de la cocina cercana. Estoy seguro de que si  en ese momento alguien hubiera cortado ese mínimo caudal de agua habríamos perdido todos la concentración.
 La materia que yo abordaba esa noche  me hablaba continuamente de radiaciones electromágnéticas y de las interacciones de éstas con la materia. Ese simple concepto da para mucho porque se aplica en infinidad de técnicas analíticas que son utilizadas con mucha frecuencia en la vida cotidiana. Más de lo que nos imaginamos. Encendí un nuevo Ducados (hacía un mes que había dejado el Bonanza y tres que no fumaba Vencedor) y entonces el compañero de Aparejadores me pidió que le pasara una carpeta azul. Yo en ese momento solo pensaba en radiaciones electromágnéticas. Entonces a modo de boutade, pero todo ello en realidad como parte de una broma, le dije:
-Antonio, la carpeta la ves azul pero no es azul.
-Vaya, hombre ahora resulta que eres daltónico.
-No, qué va. Lo que pasa es que tú ves el color que rechaza la carpeta. Por su estructura química esa carpeta no puede integrar el color azul pero sí todos lo demás del espectro visible. Por eso el azul no le interesa y lo despide, lo refleja, no se lo puede quedar.



Imagen:  «Electromagnetic spectrum-es». Publicado bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Electromagnetic_spectrum-es.svg#/media/File:Electromagnetic_spectrum-es.svg.

 En ese momento me di cuenta de que esta conversación derivaba claramente de los conceptos que yo asimilaba a base de café y tabaco para poder salvar los muebles el día del examen. Así que me vine arriba y proseguí. Se trataba de pasar el verano lo más alejado posible de los apuntes de Técnicas Instrumentales.

-Cuando  vemos algo quiere decir que la radiación electromagnética que nos llega al ojo, emitida o reflejada por ese algo, está dentro del espectro visible. El espectro visible no es más que un segmento de todo el espectro electromagnético. Éste último va desde las radiaciones menos energéticas (ondas de radio) hasta las más energéticas (rayos gamma). Esta energía viene definida por la frecuencia de las ondas electromagnéticas que componen dichas radiaciones. A más frecuencia más energía.
 Cuando la radiación que llega a nuestra retina está fuera de los límites del  espectro visible no la podemos ver. Por eso, la radiación  ultravioleta o de tipo infrarrojo es invisible.
 La luz blanca está compuesta por todas  las frecuencias que van del rojo al violeta (rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta). El rojo es el color de menos frecuencia, la radiación menos energética. La violeta, la radiación  más energética.
 Cuando un objeto lo vemos de color blanco quiere decir que refleja todas las radiaciones del espectro visible. No absorbe ninguna. Es el mínimo calentamiento de ese objeto. Por el contrario, cuando el cuerpo es negro no refleja ninguna radiación, las absorbe todas y su calentamiento es máximo.
 Si una mesa o una silla las vemos de color verde significa que esos objetos absorben todas las radiaciones del espectro visible menos la radiación de color verde, justo la que vemos.  Por eso, si reflejan una radiación de mucha frecuencia, muy energética, tienden a calentarse menos, liberan más energía.
 Un ejemplo: Un objeto azul refleja radiación azul, precisamente la que vemos. Esa radiación es más energética que la roja, pues tiene más frecuencia. Por eso un cuerpo azul refleja al exterior más energía que un cuerpo rojo. Teóricamente el objeto azul será entonces más frío que el objeto rojo. Se calienta menos.
 Y el más frío de todos, a excepción del blanco, el  color violeta. Al ser el más energético dentro del espectro visible, al ser reflejado el color violeta, libera al cuerpo de la máxima cantidad de energía.

 Entonces tomó la palabra un compañero.
-Mariano, todo eso está muy trillado ya. Estúdiate la ley de Lambert-Beer. Eso sí que es la madre del cordero y sale seguro.

 Casi no le dio tiempo a terminar la frase porque a continuación se abrió la puerta y otro de aparejadores entró en el salón
 -Tíos, es la hora de las tortas. Vamos a echar a suertes quién baja a por ellas.

La nube de humo de tabaco se hacía cada vez más densa en la habitación y de fondo sonaba la gota de la cocina. La noche seguía su curso.

(Texto: © 2019. Mariano López-Acosta)



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