En el año 1993 celebró Raimon el 30
aniversario de su mítica canción "Al vent" ofreciendo un recital en
el que estuvo arropado por algunos de
los más emblemáticos representantes de la canción de autor. Así, en ese sentido
homenaje participaron entre otros Joan Manuel Serrat, Daniel Viglieti, Quico Pi
de la Serra, Ovidi Montllor, Mikel Laboa, Luis Cilia, el estadounidense Peter
Seger , etc...y Paco Ibáñez. Los que
seguimos la carrera de este último pudimos comprobar cómo en esa aparición se
pudo ver al Paco más genuino, a Paco en estado puro.
Dos
detalles recuerdo de su presencia en el escenario que corroboran lo que digo.
Así,
mientras interpretaba "Palabras para Julia", la conexión con el
público fue tan intensa que en un momento dado, cuando cantaba " nunca te
entregues ni te apartes, junto al camino nunca digas, no puedo más y aquí me
quedo...", la gente comenzó a aplaudir de manera espontánea contagiada de
la emoción que transmitían esos versos en la voz y la guitarra de Paco.
Y
el segundo detalle sobre todo, definitorio de la actitud irreductible que ha
mantenido siempre el cantante vasco-valenciano frente al poder, vino cuando se
dirigió a los políticos que se sentaban en la primera fila y les lanzó una
auténtica soflama recordándoles que ellos estaban allí por causa de la gente y
no al revés. El tono en que se dirigió a ellos no fue amable precisamente, y
así certificó Paco su eterna rebeldía contra el poder establecido, que ya se
manifestaba cuando siendo un niño, en el caserío guipuzcoano donde pasó su
infancia, se rebelaba contra su tío y se escapaba cuando éste pretendía inculcar a
los sobrinos valores propios del bando
vencedor.
Y
es así, el cantor de tan buenos poetas siempre ha sido refractario, de manera
radical, a cualquier tipo de acercamiento a los poderosos. Esa rebeldía, esa irreductibilidad, le ha
llevado a rechazar cuanto premio han tenido a bien otorgarle las autoridades.
Por dos veces, en 1983 y 1987, rechazó un prestigioso galardón con que quiso
premiarle el gobierno de Miterrand, la medalla del Orden de las Artes y las
Letras. Su valiosa independencia en ningún modo podía consentir ese contacto con
quienes gobiernan.
Todo
esto ha hecho de Paco un espíritu libre, un hombre que siempre ha luchado
contra esas cadenas, a veces invisibles, que impiden una completa manumisión.
Y
contra una de esas cadenas ha sido radical en su lucha. La que se refiere al Dinero,
la llave del Poder. Desde el principio musicalizó los denuestos que ya en el
siglo XIV formulaba el Arcipreste de Hita contra esa forma de esclavitud, esa
tiranía que ha sacado a la luz durante siglos lo peor de los humanos. Y sigue
dando la batalla cuando decide que sus creaciones sean de dominio público, que
sean accesibles a todos sin cargas económicas de por medio.
La libertad que permiten esas actitudes,
esas tomas de posición, hace que uno se eleve muy alto, que se pueda investir
de una dignidad moral y una autenticidad que está al alcance de pocos.
Para ilustrar estos comentarios no se me
ocurre nada mejor que recordar una canción de su admirado Georges Brassen, Le
petit Jouer de flûteau, que podréis escuchar subtitulada en el siguiente
enlace. Es todo un canto a la libertad y a la lucha de los humildes contra el
Poder.
(Texto: Mariano López- Acosta)
(Texto: Mariano López- Acosta)
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