martes, 24 de marzo de 2020

Cançó a Mahalta. Marius Torres.




CANCIÓN A MAHALTA
(CANÇÓ A MAHALTA)

Corren nuestras almas como dos ríos paralelos.
Hacemos el mismo camino bajo los mismos cielos.

No podemos acercar nuestras vidas calmas;
entre las dos hay una tierra de cipreses y palmas.

En los meandros amarillos de lirios, verdes de paz,
siento, como si me siguiera, tu palpitar suave.

Y escucho tu agua temblorosa y amiga,
de la fuente a la mar, nuestra patria antigua.

(Corren les nostres ànimes com dos rius paral·lels.
Fem el mateix camí sota els mateixos cels.

No podem acostar les nostres vides calmes:
entre els dos hi ha una terra de xiprers i de palmes.

En els meandres grocs de lliris, verds de pau,
sento, com si em seguís, el teu batec suau.

I escolto la teva aigua tremolosa i amiga,
de la font a la mar, la nostra pàtria antiga.)

MARIUS TORRES (1910- 1941)

 Durante los últimos años de su vida el joven médico Marius Torres permaneció recluido en un pabellón destinado al aislamiento y cura de enfermo tuberculosos. En una época en que los tratamientos con antibióticos no se conocían, solo el reposo y los aires saludables se consideraban armas adecuadas para enfrentarse a esta dolencia. Durante este periodo conoció a una joven ingresada con la misma enfermedad en ese sanatorio. Las férreas medidas de aislamiento hacían que la única comunicación posible entre ellos se diera a través de los poemas que el poeta médico enviaba a su compañera de confinamiento, cuyo nombre era Mercè Figueres (1908-1976), a través de una tercera persona. El transcrito arriba, traducido del catalán, es uno de los más célebres que escribió. Alcanzó posteriormente una gran popularidad tras la versión musical que de él hizo el cantante Lluís Llach. 
(M.L.-A.)

Imagen: By Salamii 007 - Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=70025429

lunes, 23 de marzo de 2020

El efecto Coriolis. El giro de los remolinos en los hemisferios Norte y Sur.



 Llegamos a Granada para estudiar la carrera, tras culminar nuestro periplo académico en los Maristas. Todavía con el pelo de la dehesa nos queríamos poner el mundo por montera. Las ansias de la juventud. Lo primero que hice, yo que nunca había fumado, fue ir a un estanco y comprarme un paquete de ducados y un mechero. A los pocos días conseguí fumar a un ritmo de 20 o 30 cigarrillos diarios. (Diez años después me lo dejaría drásticamente en un intento de conquistar el corazón de una muchacha aspirante a abandonar este desaconsejable hábito, pero ésta no se dejó el tabaco, me dejó a mí. Pero esa es otra historia. Primer amor, primer dolor)
 Después de resolver la logística encaminada a la compulsiva inhalación y exhalación de humo que vendría después, me encaminé hacia una de las librerías de referencia que me habían recomendado para pertrecharme de libros de texto, esos volúmenes que generalmente nunca abres porque al final siempre tiras de fotocopias de apuntes cuando la fecha de los exámenes se aproxima.
Me recibió la librera, una mujer rubia y muy delgada, de temperamento nervioso, con marcas muy intensas de nicotina en los dedos. Como si ya se conociera el patio me dijo en tono admonitorio al despedirme:
- De nada sirven todos estos textos si no empiezas a estudiar ya y a consultarlos.-
Le agradecí el consejo, me encendí un cigarrillo y me volví muy ufano a mi piso. Se trataba de la librería Don Pepe, en la calle San Jerónimo, cerca de la antigua Facultad de Farmacia en la que me había matriculado.
Uno de los libros que adquirí era el llamado "Vidal", un volumen de Física general con los contenidos adaptados al llamado Selectivo de entonces, el Primero común de las carreras de Ciencias. El ejemplar que conseguí (todavía pendiente de rescatar de alguna caja de mi trastero), de tapas blandas de color naranja, sí que lo consulté en alguna ocasión. A través de sus páginas tuve conocimiento de un fenómeno físico muy curioso: el efecto Coriolis.
El descubrimiento de esta singularidad científica me hizo estar pendiente durante algunos días del desagüe del agua en el lavabo. Pero no adelantemos acontecimientos.
Por aquel entonces estudiábamos de noche. Tras cenar y ver un rato la tele bajábamos al Toronto a tomar unos cafés bien cargados y después organizábamos los preparativos previos antes de sentarnos a hincar los codos en el salón del piso que compartía con otros compañeros. Flexos de bombilla azul, folios sin blanquear comprados al peso como papel borrador, tabaco y ceniceros.
Cuando ya comenzaba a adensarse el aire por el humo de los cigarrillos, haciendo brumosos los conos de luz azul de las lámparas que rompían la oscuridad de la habitación, empecé a leerme el capítulo referido al curioso efecto Coriolis.
Intentando resumir: si tú estás montado en un carrusel o tiovivo, en la misma unidad de tiempo los caballitos interiores describen círculos más pequeños que los caballitos exteriores, luego éstos últimos han cobrado más velocidad lineal (aunque la velocidad angular de todos sea la misma). S te desplazas luego desde el centro a la periferia por un radio de la circunferencia a una velocidad constante irás atravesando puntos con una velocidad lineal cada vez mayor y tu estado cinemático relativo al sistema irá variando, tu trayectoria sufrirá una desviación. Y si vas de la periferia al centro todo será en sentido inverso.
Esto lo podemos extrapolar a la Tierra, hablaremos de una esfera y no de una circunferencia. Conforme vamos hacia el norte en el hemisferio septentrional a través de un meridiano, los puntos van teniendo paulatinamente menor velocidad lineal. En cambio, en el hemisferio sur, si vamos hacia el norte sucede lo contrario.
Resumiendo, si un proyectil, un fluido, etc.  es lanzado con una velocidad lineal constante a través de un meridiano en dirección norte, en nuestro hemisferio tiende a curvar su trayectoria hacia la derecha. Y en esa misma dirección pero en el hemisferio sur, tenderá a curvarse hacia la izquierda.
¿Qué significa todo esto? Pues que, por ejemplo, las corrientes marinas, los vientos, huracanes, tornados, etc forman grandes remolinos atmosféricos que giran en sentido distinto según el hemisferio en que se encuentren. Y las desviaciones de las trayectorias de los objetos también forman curvas con direcciones de giro distintas.
El fenómeno es muy curioso porque se percibe de manera diferente según el observador esté fuera o dentro del sistema de referencia. Y más complejo de cómo se relata aquí si queremos sustanciarlo matemáticamente con sus correspondientes ecuaciones.
Una vez que uno intentaba profundizar en este tema se encontraba con rumores y noticias que referían que este fenómeno afectaba también a los remolinos que se forman en el lavabo cuando el agua desaparece por el sumidero. Incluso a la hipotética tendencia a girar a la derecha de los carros de la compra de los supermercados. Pero científicamente habría que descartar estos extremos porque según los cálculos que se derivan de los factores que intervienen en esta fuerza (que en realidad es ficticia, su origen es inercial) el efecto sobre los lavabos y los carritos de las grandes superficies es imperceptible. Esto último no impidió que durante esos días prestara una atención inédita a los remolinos que formaba el agua cuando me lavaba las manos. Como además entonces no existían redes sociales, no había manera de cotejar mi experiencia con gente de latitudes australes.
El estudio y la comprensión de esta materia concluyó esa noche prácticamente al mismo tiempo que los compañeros que estudiaban Aparejadores abrían la puerta del salón para comunicarnos que ya era la hora de bajar a por tortas al horno que había dos o tres calles más allá de la nuestra.
 Durante los días posteriores a este descubrimiento, tentado estuve también de acercarme de nuevo a la librería don Pepe, ofrecerle un cigarrillo a la rubia, delgada y nerviosa  mujer que me había atendido y explicarle con pelos y señales este fenómeno para demostrarle que no era un zascandil y que estaba leyendo con atención el libro de Física que me vendió. También pensé que le agradaría algún dulce de los que comprábamos de madrugada mientras observábamos juntos cómo desaparecía el agua por el sumidero del lavabo haciendo remolinos.

(Bueno, dadas las especiales circunstancias que nos afectan estos días, habrá que seguir lavándose las manos con mucha frecuencia, aunque no podamos deducir de manera empírica ningún argumento que apoye o desmienta el descubrimiento del bueno de Gapard-Gustave de Coriolis.)

Texto: Mariano López-Acosta)

domingo, 22 de marzo de 2020

La canción sefardí: un continente sumergido de la España medieval


 Cuando los judíos fueron expulsados de España, de Sefarad, y se fueron dispersando por Grecia, Turquía, Marruecos y muchos otros países, llevaron consigo un yacimiento de tiempo, como encapsulado, que cuando se contempla ahora produce la fascinación que provoca una superposición imposible de planos temporales.
(No todos se fueron, de todas formas. Muchos se quedaron -o nos quedamos ¿quién puede conocer su origen real a estas alturas?- y eran los cristianos nuevos, los conversos.)
Ese depósito de siglos que conservaron intacto quienes se fueron asentando por las riberas del Mediterráneo fue destilado, con una dosis altísima de pureza, en las romanzas y canciones que se cantaban en ladino en los patios, en las huertas, en los talleres, en las calles ...
 En esos temas musicales tradicionales se hablaba de los"bilbilicos" (ruiseñores) que cantan y suspiran de amor,  de la doncella que cuenta sus cuitas amorosas a su hermana, del enamorado que pasa por la puerta de su amada, la encuentra cerrada y más tarde cantará "la llavedura yo besí como besar tu cara", del temor o de la amenaza de "echarse a la mar", es decir, a la "muerte" en la simbología de estas antiguas cantigas, de la malcasada que descubre el amor camino de la fuente, del enredo en tono jocoso en el que se dice "el marido por la puerta y el mozo por la ventana...", (aquí, en un vodevil descacharrante, el amante se esconderá en un arca donde hay pimienta, estornudará y el marido preguntará quién ha sido, la mujer saldrá del paso afirmando que ha sido "el gato de la vecina que los ratones caza"...);  hay nanas, canciones religiosas, la célebre referida al legendario rey Nimrod, antagonista y perseguidor de Abraham, ya desde que éste estaba en el vientre de su madre. Y cada una de estas cantigas emprende líneas con variaciones referenciadas a su localización geográfica en las que cambia el acento según sean del mundo oriental (con los potentes focos de Esmirna, Rodas, Tesalónica...), en que la lengua se conserva con más pureza, o del norte de África más influidas por el español actual y más desvirtuada respecto a la original.
 Yo descubrí la canción sefardí a través del gran folclorista, etnógrafo e investigador de cultura tradicional Joaquín Diaz. Sus versiones suelen ser muy sencillas y muy fieles, dan una idea muy fidedigna de todo este mundo antiguo y milagrosamente bien conservado. Pero si indagas mínimamente puedes descubrir que las aproximaciones a un mismo tema pueden ser de una variedad enorme, los estilos a la hora de interpretar una canción cambian de continuo y esto le da una riqueza singular a todo este repertorio.
 Hay muchas versiones instrumentales también de estas cantigas y además algunos cantantes se acercan a ellas desde la música culta y otros desde el ámbito más popular. Incluso he oído versiones auténticamente pachangueras de alguno de los temas más clásicos del repertorio.
Yo desde aquí os invito a que descubráis este continente sumergido de la Edad Media de España que se conserva prácticamente intacto en muchas de sus vertientes. Seguro que no os va a defraudar.

(Texto: Mariano López-Acosta)

viernes, 20 de marzo de 2020

Virus y Novelas de caballerías. (Diario de la cuarentena).




 La playa estaba debajo de los adoquines y Sartre tomaba café en los bulevares de Saint-Germain-des-Prés. El "amour fou" cotizaba al alza y puede que todo  comenzara años atrás cuando el pequeño Antoine Doinel, en un travelling prodigioso de más de 4 minutos,  corría campo a través hacia el mar, el símbolo de la libertad.
 Había un mundo envejecido que había hecho los deberes a su manera reconstruyendo Europa tras la Segunda Guerra Mundial y otro nuevo que pugnaba por encontrar su sitio al sol siguiendo la máxima freudiana de matar al padre. Los paradigmas estaban para ser destruidos y poner otros en su lugar.
Por tanto estaba prohibido prohibir.
 Todo el universo se podía condensar en una buhardilla cerca del Sena donde hacer el amor con una dulce y comprometida muchacha parisina,  después de sembrar de octavillas la Sorbona a favor  de una huelga estudiantil tras escuchar a Dany el Rojo.
 Luego, el tiempo pasó, muy despacio pero pasó.  Los que buscaban la playa bajo los adoquines sentaron la cabeza y el sistema los absorbió dulcemente. Los que en su juventud habían hecho auto-stop posiblemente se sentaban ahora en un consejo de administración y las barricadas en las calles de París eran ahora pecadillos de juventud que se podían recordar con la nostalgia de los años más inocentes y prometedores de la vida.
 La Tierra siguió dando vueltas alrededor del sol ajena a todas estas cosas y los hijos de los jóvenes autoestopistas que llenaban de octavillas la Sorbona llegaron también a la cresta de esa ola que lleva siglos avanzando hacia la playa. Mientras, los dos grandes bloques ideológicos  planetarios que se mantenían en equilibrio gracias al terror nuclear se desvanecieron y Fukuyama proclamó el "fin de la Historia", que Dios le conserve la vista. Poco a poco se fueron poniendo en cuestión muchas certezas.
 Y los hijos de los hijos de los que leían "La náusea" de Sartre, millenniales ellos, hiperconectados,  adheridos a sus juguetes tecnológicos, descubrían una sombría herencia cada vez que aparecía una ballena varada en la playa con el estómago a reventar de plástico.
Y en otra vuelta de tuerca, unos fragmentos diabólicos y encapsulados de ARN amenazan ahora con hacer retornar a la Humanidad a una Edad Media ilustrada. Me parece que muchos paradigmas van a tambalearse cuando acabe este mal sueño. Yo, como tanta gente, confinado en mi cubil, descubrí en un altillo de mi biblioteca un ejemplar del Amadís de Gaula editado por Espasa para la Coleccion Austral. De momento lo tengo en la mesilla y puede que termine adentrándome en sus páginas. ¿Logrará el esforzado Amadís, aquel que hizo penitencia en la Peña Pobre por celos infundados de la hermosa Oriana, vencer a este espantable endriago surgido del Averno?

(Texto: Mariano López-Acosta)

miércoles, 18 de marzo de 2020

Virus y galaxias. (Diario de la cuarentena).



 En un minúsculo planeta olvidado en la inmensidad de los espacios siderales, ínfima partícula flotante al albur de atracciones gravitatorias en una galaxia situada en los confines del Universo, parece ser que hace algunos miles de millones de años varias moléculas complejas se fueron ensamblando y formaron otra supermolécula de cadena larguísima que contenía un macrocódigo que al traducirse daba lugar a algo raro y excepcional, algo muy difícil de describir y que parece mágico y milagroso: la vida.
Estos macrocódigos (ADN, ARN) al traducirse, daban lugar a organismos vivos que compartían de forma universal los mismos elementos (cuatro concretamente) pero combinados de diferente manera.
La supermolécula fue mutando, adaptándose a los cambios para progresar y la mota de polvo suspendida en el vacío se fue poblando de seres vivos perdidos en la inmensidad del Cosmos. Uno de los organismos más perfeccionados fue el correspondiente a un primate llamado científicamente Homo Sapiens, en el cual la complejidad neuronal llegó a cotas de excelencia, lo cual le permitió un enorme desarrollo, algo descompensado quizá en sus expectativas con lo que el planeta era capaz de ofrecer en cuanto a encaje proporcionado a una evolución tan vertiginosa.
También circulaban trozos pequeños de ese macrocódigo envueltos en cáscaras o cortezas microscópicas, con una capacidad de mutación descomunal. Y esos pequeños fragmentos de ADN o ARN encapsulados (los virus) llevaban unos códigos dispuestos para engañar a las células del Homo Sapiens que los consideraban como propios y a los que les daban hospitalidad. Esto es una guerra de inteligencias a nivel molecular con llaves formadas por proteínas que abren puertas secretas a impostores maliciosos, con emboscadas y rebeliones, con motines de enemigos emboscados que intentan hacerse con el control de la maquinaria celular para dar golpes de mano y dominar la situación antes de que la guardia pretoriana del señor del castillo asaltado toque a rebato y tras cruenta batalla expulse al taimado invasor. Cosa que a veces no sucede, es entonces cuando vencen los malos.
Mientras, las esferas siderales siguen sus trayectorias inalterables, la sinfonía cósmica se sigue desarrollando grandiosa, ajena a minúsculas batallas invisibles. Los agujeros negros continúan devorándolo todo, insaciables. Y yo sigo toda la tarde sentado en un sillón leyendo un libro y sin salir a la calle.
(Texto: Mariano López-Acosta)

(De NASA/JPL-Caltech/ESO/R. Hurt - http://www.eso.org/public/images/eso1339e/, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=28274906)



domingo, 8 de marzo de 2020

“Merveilleuses” e “Incroyables”: una tipología extravagante y transgresora tras la época del Terror de la Revolucion Francesa




Los procesos revolucionarios son a veces como reacciones químicas que cuando alcanzan una masa crítica se disparan y van quemando cada vez a más velocidad todas las etapas que llevan inherentes en su naturaleza. La Revolución Francesa es un buen ejemplo de esto.
 Todo comienza con la convocatoria angustiada de los Estados Generales  por parte de Luis XVI (por primera vez desde comienzos del siglo XVII) ante el derrumbe de la economía del país y la imposibilidad de modernizar el estado (como sí se hacía, por cierto, en Inglaterra) frente a la resistencia de la nobleza a perder privilegios y, por otra parte,  la incapacidad de sus sucesivos ministros de economía para enderezar el rumbo de la situación. El parasitismo de la corte de Versalles, con cerca de 16.000 personas improductivas y muy caras de mantener entre cortesanos y servidores era un lastre tremendo también para las arruinadas arcas públicas. Muy pocos ostentaban unos privilegios desorbitados que llevaban a la ruina y a la esclerosis a toda la nación. Los nuevos tiempos exigían un dinamismo y una liberalización que no contemplaban las clases dominantes. Baste decir que irónicamente alguien hablaba de Versalles como de una corte oriental, una China en Europa, por el lujo desmedido que proyectaba. María Antonieta había declarado que para que el Delfín se criara en un ambiente austero "solo" le había asignado un servicio de 80 personas cuando lo normal hubiera sido que contara con 200. Así estaban las cosas en aquellos momentos.
No se trata aquí de narrar con detalle toda la cronología de la Revolución Francesa. Vamos a intentar resumir al máximo. Baste decir que durante esa convocatoria tan extraordinaria, el llamado Tercer Estado (o sea, la plebe y la burguesía) decide montar por su cuenta una autodenominada Asamblea Nacional, de la que se supone que ha de emanar la soberanía popular, dando de lado a los otros dos estados (la nobleza y el clero) y juramentándose en no disolver dicho órgano legislativo hasta tener redactada una constitución. (El célebre Juramento del Juego de Pelota).
Los acontecimientos se precipitan, la Bastilla es tomada por el pueblo el 14 de julio de 1889,  el Rey se traslada desde Versalles a las Tullerías, contemporiza en principio pero muchos miembros de la alta nobleza salen a toda prisa del país (los estigmatizados "émigrés"). En el oeste, en Bretaña,  campesinado conservador apoyado por Inglaterra y por dichos  nobles "emigrés" se sublevará algún tiempo después  y será sofocado con tremenda dureza -la Guerra de los "chuanes"-.
La Asamblea Nacional Constituyente, una vez alcanzado su cometido, se convierte en Asamblea Legislativa que en principio declara a Luis XVI rey constitucional con solo y nada más  que la facultad de derecho a veto sobre las leyes promulgadas por dicha Asamblea.
Alarmadas ante estado de cosas, Prusia y Austria se preparan para intervenir y el pueblo francés se convierte en el nuevo ejército nacional con leva obligatoria para todos aquellos en edad de alistarse. Las masas parisinas toman las Tullerías, sospechando de la connivencia de Luis XVI con las potencias agresoras (María Antonieta es hermana del emperador austríaco). El rey es pues detenido. Nuevas elecciones legislativas: la Asamblea Nacional se transforma en la Convención. Es abolida la monarquía y proclamada la Primera República.
La nueva cámara legislativa es dominada por los jacobinos, que se apoyarán estratégicamente en los "sans-culottes", y los moderados girondinos son brutalmemte descabalgados. Robespierre asume el poder con mano de hierro y como órgano ejecutivo aparece el terrible Comité de Salvación Pública. Nace el Terror.
A todo esto, los imperios europeos -Austria y Prusia-  amenazan con invadir Francia si el pueblo se resiste a la restauración de la monarquía. Por este motivo Luis XVI es acusado de conspirar contra la República y es ejecutado en la guillotina el 21 de enero de 1793. Su esposa, la austriaca María Antonieta, lo será meses después, el 16 de octubre.
No menos de 40.000 personas serán ejecutadas durante el periodo del Terror, la Revolución se siente amenazada desde muchos frentes, exteriores e interiores, se repliega sobre sí misma y desconfiará hasta de su propia sombra. La tibieza será traición, el enemigo acecha desde dentro, uno de los nuestros puede ser un mal revolucionario o hacerle el juego, con sus actitudes, a los que alientan el retorno del Anciane Regime.
Una autentica orgía de sangre se desencadenará entonces sobre Francia.  Las guillotinas no dan a basto de tanto trabajo como se les acumula. Incluso caerán sobre los cuellos de muchos jacobinos moderados.
Hasta que llega el golpe de Thermidor protagonizado por diputados que intentan dar un cambio de timón ante tal vesania de sangre con la intención de moderar y salvar el proceso revolucionario. Robespierre es eliminado y un tiempo después la Convención dará lugar al Directorio.
Hay que consignar que al día siguiente de la ejecución de Robespierre se respiraba en París una aire de desahogo y de alivio nunca visto en mucho tiempo. Pronto comenzaron a llenarse los teatros, los bailes proliferaron por toda la ciudad, surgían canciones populares con la temática de la guillotina, haciendo chanza de ella. Como una catarsis, una atmósfera de transgresión y de relajamiento fue invadiendo cada vez más ámbitos públicos. Y muy diversos personajes fueron exteriorizando una serie de comportamientos y atuendos francamente llamativos. Era quizá una forma de realzar los nuevos tiempos, de distanciarse de la época oscura que quedaba atrás.


 Se hablaba de la "Juventud dorada". De los INCROYABLES. Jóvenes hijos de clases desvastadas por la intensa actividad de la guillotina del Terror, vástagos también otros de nuevo ricos, dieron por vestirse de forma estrafalaria, con corbatas y solapas descomunales y pañuelos inmensos que les tapaban hasta la barbilla. Se dejaban el pelo hasta el hombro, bajo enormes sombreros bicornios, y caminaban encorvados solo por transmitir una pose extravagante, apoyados en enormes garrotes que enarbolaban amenazadoramente describiéndolos como su auténtica "razón". En un principio se les llamaba muscadins, por su costumbre de perfumarse con almizcle. Antijacobinos a ultranza, eran niños cuando aún existía la monarquía absoluta.
Y como no menos interesante y curioso habría que describir el fenómeno de las MERVEILLEUSES. Estas mujeres partieron de una actitud de independencia y transgresión que fue una auténtica piedra de escándalo en la sociedad de su tiempo. Adaptando su vestuario a la moda de los tiempos de la antigüedad grecolatina,  el tejido con el que se confeccionaba era tan fino que bien se podía hablar en realidad de auténticas transparencias. Y para más realce de sus formas, mojaban sus vestidos para que se adhirieran al cuerpo, fuera verano o invierno, a despecho de posibles pulmonías. Madame Tallien, la llamada musa del Directorio, aparecía en público con un pecho al aire con la mayor distinción.
Eran mujeres libres que marcaban tendencia en aquellos convulsos tiempos y gozaban de un gran ascendiente social. Tras la Convención, señalada a fuego por el Terror, la Revolución se atemperaba con el Directorio y los INCROYABLES Y LAS MERVEILLEUSES eran protagonistas de los nuevos tiempos.

Mientras tanto, en Egipto, un militar de origen corso arengaba a sus tropas con una frase que haría historia.
- Desde lo alto de esas pirámides cuarenta siglos os contemplan.
El Directorio también tenía fecha de caducidad.

(Texto: Mariano López-Acosta)

De Jacques-Louis David - http://collections.chateauversailles.fr/#ab1256a3-7143-43d9-b317-3bb58e03a1d2, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=641013

De Louis Léopold Boilly - Desconocido, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=810306