Neandertales: cuestiones que se plantean.


Ahora mismo somos la única especie humana que habita el planeta. Hay muchas etnias, muy diferentes entre sí, pero todas pertenecientes a la especie Homo sapiens. Mas no siempre ha sido así.

 Hace unos 30 ó 40.000 años, el Homo sapiens llegó a convivir en Europa con otra especie humana diferente, el Homo neanderthalensis. Dicha convivencia duró varios milenios. 

 Ojo, conviene recalcar que hablamos de especies diferentes, no de etnias de la misma especie. Hay una corriente de opinión científica que es partidaria de considerar al "hombre de Neandertal" como una subespecie del Homo sapiens, el Homo sapiens neanderthalensis. Pero otra rama de la comunidad científica considera, con argumentos de bastante peso, que se trata en realidad de una especie distinta. 
Todo esto, a mi juicio,  plantea una serie de cuestiones e interrogantes que entran en el terreno de lo sociológico y hasta de lo religioso y lo político. 
 Imaginemos que existieran ahora los neandertales. Ya compartieron el tiempo con el Homo sapiens, es decir, con nuestros antepasados, con nosotros mismos. No sería pues una situación nueva si se diera ahora. Compartiríamos nuestra existencia entonces con la de otra especie humana totalmente diferente. Como pueden ser diferentes un caballo y una cebra, un tigre y un león o un gorila y un chimpancé.
 Pero estamos hablando de unos individuos que tenían ritos mortuorios, que desarrollaron la cultura musteriense, a los que se les supone algún tipo de lenguaje, por primitivo que fuera. Pues bien, yo me pregunto: 
  ¿Les serían respetados los mismos derechos civiles de los que gozamos nosotros? (Supongo que sí, pues lo contrario sería una flagrante injusticia). ¿Qué pronunciamientos harían sobre ellos las diferentes confesiones religiosas? ¿Tendrían alma, según la visión de las diferentes iglesias? ¿Podrían organizarse políticamente hasta llegar a detentar la  soberanía de algún estado?
 Y repito, ya convivieron con nosotros durante varios miles de años. Y eran otra especie.


(Texto: © Mariano López A. Abellán)

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