domingo, 25 de septiembre de 2022

LA NUEVA GUERRA DEL PACÍFICO. (Chips, merluza a la romana y arroz tres delicias)

 Cuando usted programa el centrifugado en su lavadora, saca del congelador una rodaja de merluza para hacerla a la romana o busca con el GPS del coche el paradero de un hotel, está usando unos pequeños artilugios tecnológicos llamados chips, fabricados a base  de los llamados elementos semiconductores, siendo los de silicio los más utilizados. Y esos pequeños y portentosos ingenios, imprescindibles ahora mismo no sólo en su vida cotidiana sino en la industria armamentística, tenga por seguro que los fabrican en algún país bañado por las aguas del océano Pacífico. 
La guerra tecnológica y el dominio mundial en el campo de los semiconductores será lo que otorgue el auténtico poder a escala planetaria en estos turbulentos tiempos. El centro de gravedad geopolítico del globo ha cambiado y se ha trasladado del Atlántico al Pacífico. Hace unas décadas el liderazgo en la producción de chips lo ostentaba claramente Estados Unidos. Mas en la actualidad el auténtico gigante en la fabricación de tan trascendente material es Taiwan (la antigua Formosa, nombre dado por los portugueses en honor a la belleza de la isla).  Concretamente la compañía TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company). 


 Pero China también apretó el acelerador tecnológico y calcula que al ritmo de crecimiento que lleva en estos momentos, dentro de una década será la primera potencia tecnológica. Pero aún tiene que trabajar. Ha conseguido fabricar microchips de 10 nanometros, cosa impensable hace años y que supone un avance enorme. Claro que Taiwan ahora mismo juega en la Champions y sus microchips los saca con una dimensión de 4 o 5 nanometros. 
La única esperanza de Estados Unidos para equilibrar la balanza con China radica en Taiwan. Así, ha formado un consorcio junto a la isla y dos gigantes más: Japón y Corea del sur. Este último pais sería más tibio en la guerra tecnológica con los chinos pues participa de algunas colaboraciones conjuntas con la emergente potencia asiática.  (También la TSCM tiene una filial en China, aunque parezca paradójico: los negocios son sagrados y en el fondo no tienen color).
La visita de la presidenta del Congreso estadounidense Nanci Pelosi a Taiwan puso de manifiesto, por otra parte, la fragilidad de todo este equilibrio. Un bloqueo total de los chinos a la irredenta Taiwan, la llamada China Nacionalista, sumiría a la economía mundial en una crisis inimaginable. 
 En fin, la merluza que usted saca del congelador para seguir alguna receta de Arguiñano puede que esté en su punto gracias al I+D de quien se alimenta de arroz con palillos y rollitos de primavera. 
(Texto: Mariano López-Acosta)

lunes, 29 de agosto de 2022

Serrat y Paco Ibañez: una historia de solidaridad.


En 1979 Paco Ibáñez lanzó un disco sobre temas de Georges Brassens versionados en castellano. Uno de ellos, "Canción para un maño",  se lo dedicó expresamente a Serrat. Su letra es todo un canto a la solidaridad.
Muchos años después, Paco contó el motivo de esa dedicatoria en una entrevista. 
Resulta que en 1969 había vuelto de París, vivía en Barcelona y atravesaba por una mala situación económica. Las deudas se acumulaban. Debía al casero, al tendero, la censura le prohibía recitales, cada vez se hacía más complicado su día a día. Pidió prestado a algunos amigos y recibió alguna que otra evasiva por respuesta, quizá porque éstos no andaban muy boyantes. 
Finalmente, cuando peor pintaba la cosa llamó a Serrat y le pidió 10.000 pesetas de la época. El Nano fue a su casa y no le dio 10.000, le dio 20.000. Como digo, así lo cuenta Paco Ibáñez. 
(Mariano López-Acosta)



Canción para un maño

Es para ti este cantar
tú, maño, que sin hablar
me diste leña el día aquél
que el frío me hería la piel.
Tú que me diste leña en vez
de rechazarme a puntapiés
cuando la gente del lugar
no me quiso junto a su hogar.

Un braserito sólo fue
para mi cuerpo una ilusión
pero alumbró mi corazón
más que fallas en San José.
Tu, maño, cuando has de llegar
a la hora de la verdad
que te lleve el enterrador
al cielo si hay Dios.

Es para ti este cantar
tú, cantinera que sin hablar
me diste pan el dia aquel
que me vi en huesos y piel.
Tú que me diste pan en vez
de rechazarme a puntapiés
cuando la gente del lugar
reía de verme ayunar.

Un bocadito, no fue más,
para mi cuerpo una ilusión
pero llenó mi corazón
más que un milagroso maná.
Tú, cantinera al llegar
a la hora de la verdad
que te lleve el enterrador
al cielo si hay Dios.

Es para ti este cantar
tú, forastero, que sin hablar,
me sonreíste el día aquél
que me vi delante del juez.
Tú que me sonreíste en vez
de rechazarme a puntapiés ,
cuando la gente del lugar
ya me quería apedrear.

Una sonrisa, no fue más ,
para mi alma una ilusión
pero aromó mi corazón
más que las hierbas de San Juan.
Tu, forastero al llegar
a la hora de la verdad
que te lleve el enterrador
al cielo si hay Dios.

(Letra original en francés y música: Georges Brassens)
(Adaptación: Pierre Pascal)


lunes, 27 de junio de 2022

Las episodios del Capitán Trueno

 Con lances como éste, ¿cómo no iban a atraparnos las aventuras del Capitán Trueno en nuestra infancia?

 En las siestas de verano, en la penumbra silenciosa de la habitación, bastaba entrabrir apenas un postigo de la ventana, sin que nuestra madre y nuestra abuela se enterasen, para volar con nuestros amigos en el globo aerostático inventado por el mago Morgano y llegar a la Gran Muralla China. O navegar en el drakkar de Ragnar el Vikingo rumbo a Winland. 

 Atravesábamos los desiertos, surcábamos mares tempestuosos bajo rayos y centellas y nos enamorábamos de la bella y dulce Sigrid de Thule. Desde las selvas más intrincadas a las lobregas mazmorras de un castillo, nuestros héroes recorrían el mundo alzando un canto a los sueños y la imaginación. Que temblaran los tiranos que Trueno y sus camaradas llegarían para levantar a los desvalidos. 

Y cuando más peligro se cernía sobre nuestros amigos, llegaba un "continuará" que nos mantenía en vilo toda la semana. 

(Más tarde, alguna mujer empezaba a regar la polvorienta calle sin asfaltar sacando agua con las manos de un cubo y llegaba el repartidor de dulces. Bien repeinados con litros de colonia a granel, con una palmera en la mano y una pelota en la otra, nos íbamos a jugar. La siesta había terminado). 

(Mariano López-Acosta)

miércoles, 2 de marzo de 2022

El tamaño de los virus

Cuando estudiaba Microbiología, allá por el Paleolítico, intentando comprender el ínfimo tamaño de los virus ideé un modelo que me permitiera visualizarlos mentalmente. Con una serie de cálculos elementales dí con el siguiente ejemplo: imaginemos una carretera rectilínea de 40 kilómetros de longitud en la que colocamos una pelota, pongamos que de baloncesto. Ahora vayamos reduciendo a escala hasta conseguir que esa carretera pase de los 40 kilómetros iniciales a tener tan sólo 4 centímetros de largo. La pelota habrá sufrido una disminución en sus dimensiones de manera proporcional y su nuevo tamaño sería equivalente al que tienen los virus. 

[Un virus es la mínima estructura que puede sustentar la vida. Un fragmento de ARN (o de ADN según el tipo) encapsulado en una cáscara de proteína, sin orgánulos que le permitan una mínima autonomía vital, en eso consisten básicamente estos microorganismos. 

Habría que explicar que el ADN es una larguísima cadena compuesta por cuatro elementos comunes para todos los seres vivos, es decir, dos bases púricas (adenina y guanina) y dos bases pirimidínicas (citosina y timina -o uracilo-). El orden en que se combinan estos cuatro eslabones originará un tipo de individuo concreto. El ADN,  para  ejercer sus funciones crea copias de los fragmentos propios que quiere ejecutar. Estas copias, (ARN), salen del núcleo hacia el citoplasma y allí son enebradas, como un hilo en una aguja, dentro de un orgánulo con ligera forma de champiñón, el ribosoma. Éste va leyendo la cadena de ARN y la traduce en una cadena de aminoácidos, los componentes propios de las proteínas. Según el código del ARN saldrá una u otra proteína.

El malévolo y esquinado virus, "conociendo" esta forma de actuar de las confiadas células, inocula en el interior de ellas su fragmento de ADN o ARN, "sabiendo" que al ser universales y comunes los cuatro elementos de su código éste no será descubierto por el incauto hospedador. Ya tenemos la celada servida. Una vez asaltado el castillo, toda la maquinaria celular se pondrá a disposición del invasor: El ribosoma enebrará el nuevo ARN, el del impostor,  y la célula se convertirá en una factoría de virus, comenzará a generarlos a nivel industrial hasta que éstos salgan al exterior y continúen asaltando nuevas fortalezas. Mientras, sorprendida por la rapidez del ataque, la guardia pretoriana del organismo, las defensas del cuerpo infectado, tocarán a rebato e iniciarán la lucha contra el invasor.

En esta guerra, el ejército inmunológico intentará aniquilar a los asaltantes para reponer el orden. Cuando lo consiga, redactará un acta describiendo las características del okupa para no volver a dejarse sorprender. Le hará un retrato en forma de anticuerpos. Esta memoria hará que el asaltante sea descubierto cuando intente volver a entrar en el castillo. Lo que pasa es que los virus, en su guerra fría contra el hospedador, sufrirán mutaciones para desorientar y engañar a los defensores de la fortaleza que se proponen asaltar. Será un juego de emboscadas, de puertas secretas, de caballos de Troya introducidos sigilosamente para sorprender con la guardia baja...]

( Mariano López-Acosta)

Torre de la Horadada- I

 Mi hermano José Luis, un Robinson en la Torre de la Horadada, madruga y es testigo de estos amaneceres.



sábado, 22 de enero de 2022

"Le Lac" de ALPHONSE DE LAMARTINE










Tempus fugit, todo es pasajero, los momentos de felicidad se pierden para siempre y están en fuga continua hacia la eternidad... 

 El amor, la belleza...nunca podremos retener  lo inefable, nada será nuestro jamás  en realidad porque Cronos nos lo arrebatará inexorablemente. Cada momento que pasa mata al anterior y nos despoja de lo que éste nos había concedido. 

Le Lac (El Lago), un poema perteneciente a "Meditaciones poéticas", del poeta romántico Lamartine,  refleja el drama que supone la contemplación de escenarios que fueron testigos de nuestras horas felices cuando de los fuegos en los que ardíamos sólo quedan ya las cenizas.

 El recuerdo de la amada ausente, a orillas del lago que vio la felicidad pasada, sirve para que el poeta alce unos versos considerados como una cumbre de la literatura francesa. Pocas veces se elevó tanto un poema como éste, verdadero  lamento por la  continua desposesión en que consiste en realidad la vida. 

(Mariano López-Acosta)