Los merovingios. Los "reyes holgazanes".


 Curiosos el declive y el final de la dinastía merovingia. Esta monarquía, fundada por Clodoveo, se extendió sobre unos territorios que durante su máximo esplendor, bajo el reinado de Dagoberto (629-639),  abarcaban la Galia, parte de Renania, Alemania y Turingia y apuntaban hacia Frisia, Sajonia y Baviera. Todo esto constituirá posteriormente el Regnum Francorum de los carolingios.
 Con el tiempo, los monarcas merovingios fueron delegando sus funciones en el mayordomo de palacio (major domus), un cargo institucional que en principio se encargaba de la intendencia. Este puesto se fue haciendo hereditario y amplió paulatinamente sus funciones hasta el extremo de llevar de facto las riendas del reino y de su gobierno. Se dio así el caso de una dinastía de mayordomos yuxtapuesta a la de los monarcas en la que estos últimos cada vez gozaban de menos atribuciones. Eran los  llamados "reyes holgazanes".
  Así los describe Eginardo, secretario de Carlomagno. "No le quedaba al rey más que el nombre, sus largas melenas y su luenga barba. Sentado en el trono, daba audiencia y contestaba a los embajadores con respuestas que le habían hecho aprender. El mayordomo pagaba al rey una pensión, le conservaba el título de monarca y le permitía vivir en una pequeña residencia con unos pocos servidores. El rey viajaba en el histórico carro de los antiguos caudillos francos, tirado por bueyes, que mejor parecía la carreta de un campesino que el carro real."
 Finalmente, uno de estos mayordomos, Pipino el Breve, derrocará definitivamente al último rey merovingio, Childerico III. Éste, confinado a un monasterio, no hará ya nada por defender el trono.
 A partir de Pipino el Breve, padre a su vez de Carlomagno, se iniciará la dinastía carolingia.

(Texto: © Mariano López A. Abellán)

"La educación de los hijos de Clodoveo" (1861). Lawrence Alma-Tadema (1836-1912)

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