Hace unas semanas terminé de leer "Así empieza lo malo" de Javier Marías. Intentaré esquematizar algunos aspectos de este libro que me han llamado la atención a través de los siguientes puntos que paso a exponer, aunque sea de manera arbitraria y sin un orden lógico:
- Una "precuela". (Y perdón por la palabra). A cierta altura de la novela descubrí que había una "precuela", un precedente narrativo, en la obra del propio Marías. Me acerqué a la estantería y recuperé un libro suyo de relatos cortos. Uno de ellos se llama "Cuando fui mortal". Y en efecto, allí aparecía el doctor Arranz en una de sus ignominiosas visitas como médico perteneciente al bando vencedor para prestar sus servicios en el hogar de un vencido y represaliado de la contienda, en plena y dura posguerra. Este mismo doctor Arranz aparecerá en "Así empieza lo malo" de manera colateral pero significativa, aunque en realidad el protagonismo lo acapare su amigo y colega, el inquietante doctor Van Vechten. Y no digo más. No quiero destripar el libro. Quien lo haya leído sabrá de lo que hablo.
- Un guiño a Oxford. En el "universo Marías" no podía faltar alguna referencia, por lejana que fuera, a esta ciudad universitaria donde el novelista ejerció la docencia y que utilizó como escenario de su novela "Todas las almas". Así, hay un cameo mínimo, anecdótico, de Peter Wheeler, el hispanista oxoniense de "Tu rostro mañana".
- El Profesor Rico. Es recurrente en sus obras. Se trata de un personaje real, el filólogo experto en Petrarca y autor de ediciones canónicas del Quijote profesor Francisco Rico. En esta novela la descripción que Marías hace de su amigo es descacharrante. De una comicidad innegable. Pero su protagonismo en esta obra va más allá de lo meramente anecdótico. Rico ha dicho en alguna ocasión que la utilización que el novelista hace de él para introducir la figura del "gracioso" en las tramas serias es muy cervantina.
- Referencia continua a Shakespeare. A lo largo de toda su obra en general la referencia al dramaturgo isabelino es constante. Incluso los títulos ("Negra espalda del tiempo", "Mañana en la batalla piensa en mi", "Cuando fui mortal"...) son de procedencia shakespeariana. Es un leitmotiv permanente en su narrativa.
- Imposibilidad de llegar a la esencia exacta de las cosas. Es imposible saber la realidad concreta de los hechos, de las acciones, de lo sucedido. La memoria falsea, el lenguaje nunca puede ser fidedigno a la hora de exponer con objetividad y científicamente la narracción incontestable de los acontecimientos. Un mismo hecho tiene variaciones a través de los distintos relatos, que nunca podrán ser iguales, de los testigos. Es paradigmático el recitado de un texto de Shakespeare por el Profesor Rico sobre "El rumor". Todo esto está latente en la obra general de Marías. Hay además todo un "continente " sumergido, incluso referente a nosotros mismos, que nunca verá la luz, que nunca sabremos y que incluso llegará a retazos a otros y no a quienes somos protagonistas de él. Pero nunca habrá (ni puede haberlo) un relato exacto y completo de las cosas. Eso se simboliza a la perfección en el shakespeariano título de "Negra espalda del tiempo". Yo, de forma anecdótica, digo que Marías aplica el "Principio de incertidumbre de Heisenberg" a la literatura, por poner un símil procedente de la Física cuántica: es imposible conocer la magnitud exacta de los sistemas. La mera interacción con ellos para medirlos ya falsea los resultados.
- Inclusión de frases o pequeños párrafos que se repiten textualmente de manera cíclica hasta que van adquiriendo una gran carga simbólica. Van imprimiendo un sello a la narración, la trascienden y le dan un carácter muy personal, incluso con connotaciones poéticas, según mi opinión. En general, es común a toda la narrativa de Marías
(Continuará).
(Texto: © Mariano López A. Abellán)
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