¿Habrá alguna canción
que tenga la carga de nostalgia de "El meu carrer" de Serrat? Estamos
en un barrio obrero de la Barcelona de la posguerra, el Poble Sec, en la calle
Poeta Cabanyes. Allí vive el hijo de un humilde lampista viudo (que trabaja
como peón en Catalana de Gas) casado en segundas nupcias con una aragonesa
natural de Belchite, de familia represaliada tras la contienda civil que vino a
Cataluña con algunos parientes buscando un futuro mejor. Dijo Rilke que la infancia es la auténtica patria. Y esa época queda
reflejada de manera magistral en este retazo de recuerdos cantados aquí.
Este niño, Juanito, el hijo de la "maña",
recordará años después en una canción esa calle donde abrió los ojos a la vida.
Donde conoció juegos y amigos, apedreando farolas, jugando a "cavall
fort", coleccionando el álbum de Nestlé, descubriendo con la mirada de la
curiosidad las primeras experiencias... Nos hablará de esa gente venida de sitios
muy diversos que se levanta con el primer sol para trabajar, que lucha por
sobrevivir en unos años oscuros y que si puede va al fútbol los domingos. Nos
contará que su calle, estrecha y sucia, con balcones llenos de ropa tendida y
portales que se caen a trozos, es un niño que merienda pan, aceite y azúcar.
Una calle del barrio bajo. Una calle cualquiera.
(Mariano López- Acosta)
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