En realidad, cuando los Austrias acceden al
poder en España consideran a ésta una empresa más del inmenso holding que
poseían. Todas las decisiones y medidas geopolíticas que toman van en beneficio
de la casa de Habsburgo y no de España o de las Españas, como se decía
entonces. Bien lo decía el lema de esta dinastía: “Austria est imperari Orbi
Universo”.
(Texto: © Mariano López A. Abellán)
Carlos V hereda por parte paterna la posibilidad de aspirar al título electivo de
emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y simplemente se dedica a
gestionar la herencia recibida para lo cual embarca y utiliza a España en
acciones que esquilman progresivamente a Castilla, y no tanto a Aragón y
Cataluña. Se entabla una guerra continua con Francia que nunca había sido un
enemigo estratégico para los castellanos en el marco de una tremenda pugna
Habsburgo-Valois. Eso llevará a un empecinamiento de las guerras en el norte de
Italia para asegurar el Camino Español que comunicaba Flandes con el
Milanesado. Cuando muere Carlos V divide la casa Austria entre la rama española
a través de Felipe II y la alemana en la persona de su hermano Fernando, ramas
que seguirán en sintonía.
Por su parte, Felipe II abre tantos frentes que
su reinado consistirá en una búsqueda continua de liquidez económica para
mantener el descomunal dispendio que le causa mantener ese conglomerado de
posesiones (en las que "jamás se ponía el sol") y guerras a mayor
gloria de la casa de Habsburgo que, por cierto, seguirá en su rama austríaca
nada menos que hasta 1918 con el emperador Francisco José, el del imperio
austro-húngaro y Sissi emperatriz.
Felipe II y los Austrias menores dilapidarán
sin contemplaciones la colosal riqueza que llegaba de América hasta Sevilla.
Dejarán España hecha un solar. Se endeudarán hasta las cejas con banqueros
genoveses, italianos y alemanes. Cuando todo esto se antoja insuficiente para
sacar recursos financieros, Felipe II se dedicará a destruir tejido social
productivo mediante la venta masiva de ejecutorias de nobleza que convierte a
muchísimos menestrales de probada limpieza de sangre en hidalgos inactivos y
paulatinamente empobrecidos llenando el país de clases pasivas. Pan para hoy y
hambre para mañana. Toda la inmensa producción de lana que viene a través de la
Mesta, lejos de manufacturarse en España (trabajar es de villanos) se manda
para los Países Bajos para que la rentabilicen los productivos europeos.
Los Austrias heredan un país recién unificado,
con unos recursos inmensos y enormes caudales procedentes de América que
arribaban en galeones, y dejan un solar en la más absoluta bancarrota. Ese
lastre marcaría siglos de la historia de España.
(Texto: © Mariano López A. Abellán)
Carlos
V en Mühlberg. 1548
Tiziano.
(Pieve di Cadore, Belluno, Véneto, hacia 1477/1490-Venecia, 27 de agosto de
1576)
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