El Número de Avogadro y la muerte de Julio César. El Babor- Ibarz.

 

Para los que estudiábamos Química General en COU y en primero de carrera allá por los 70, el "Babor" era un libro de referencia, una especie de Biblia a la hora de consultar la materia que nos impartían en clase. Estaba muy bien estructurado y, reconociendo que una publicación de ese tipo no puede tener la amenidad de una novela de aventuras, no daba la impresión de ladrillo absoluto que transmitían otras publicaciones académicas. Ahora lo he encontrado al cabo de mucho tiempo en una caja procedente de algún traslado y rápidamente se activa la magdalena de Proust. Comienzo a recordar años en que todo estaba por hacer y todo era posible (como decía el poeta) y el destino era un libro en blanco.


Empiezo a ojearlo y enseguida se pone en marcha la memoria. Sin darme cuenta estoy buscando algo muy concreto. Me voy al índice de materias y continúo tras la pista de Avogadro. Y eso significa para mí que voy también tras la escena de la muerte de Julio César. Aunque todo esto habrá que explicarlo porque si no, nadie va a entender nada: ¿Qué pinta el autor de los "Comentarios de la guerra de las Galias" en un libro de química?
Pues sí, amigos, una muestra de la amenidad y del intento de hacer entretenidas las materias más abstrusas con que se escribió este volumen lo podríamos encontrar en esta anécdota que recuerdo al cabo de tantos años. Pero para seguir comentándola habría que explicar brevemente y de manera sencilla un concepto: el número de Avogadro.
El tal Avogadro (Turín, 1776- Ib. 1856) fue un físico y químico turinés que calculó el número de moléculas contenidas en 1 mol de una sustancia. Ese es un concepto fundamental para entender la Química. Bien podríamos decir que hay un antes y un después a raíz de las investigaciones del científico italiano.
(Para no complicar la cosa dejemos la explicación de lo que significa un mol para otro momento. Baste decir que es una unidad de materia que se establece según el peso molecular para que las reacciones químicas tengan proporcionalidad en cuanto a la masa de los reactivos que intervienen. Si no se entiende muy bien todo esto, es lo mismo, no influye en lo que os quiero contar)


Pues bien, ese número que calculó el tal Avogadro (602.200.000.000.000.000.000.000.000) era tan descomunal, tan monstruosamente grande, que llevó a los autores del libro a buscar algunos ejemplos de lo más extravagante para que pudiéramos hacernos una idea de lo que representaba esa magnitud. Y aquí ya damos paso al histórico emperador romano. Copio textualmente lo que nos contaban aquellos bienintencionados divulgadores de la Ciencia:
"Como dato curioso, se ha calculado que al respirar aspiramos en cada inspiración unas doce moléculas de aire del que lanzó JULIO CÉSAR hace 2.000 años cuando moribundo pronunció su célebre frase: 'Tu quoque, fili'? al ver a Bruto entre los conjurados ".



Desde luego, el inverosímil ejemplo parece sacado de un libro de Borges. Imaginar al gran Julio César rodeado de conjurados en los idus de marzo mientras intentas asimilar los conceptos de mol, número de Avogadro y estequiometría de las reacciones químicas, tenía su punto de surrealismo y de grandeza a la vez.
No cabe duda de que tanto Joseph A. Babor como José Ibarz Aznárez eran fieles seguidores de la máxima horaciana "prodesse et delectare", "enseñar deleitando". Con esto se confirma que eran unos humanistas.
(Entre las imágenes del post van otros ejemplos curiosos que acompañaban al de Julio César)
(Texto: Mariano López-Acosta)


(Primera imagen: Getty/Davizro)

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