Nada que ver el famoseo de hoy con el de los 60. ¿Cómo comparar las zafias e impostadas grescas de los platós de la actual telebasura donde pilla sus berrinches la "princesa del pueblo" con la augusta tristeza de María Callas después de ser abandonada por Aristóteles Onassis para desposarse con Jacqueline, la viuda del presidente Kennedy, el de la "Nueva Frontera", el que erigió un sorprendente "Camelot" en medio del adusto laberinto político de Washington? Amigos y amigas, aquí sí que no hemos progresado. Hemos ido para atrás, como los cangrejos.
No puede ser lo mismo un reportaje de la revista Life narrando las peripecias de Brigitte Bardot y Roger Vadim en la Costa Azul que otro sobre Paquirrín y sus ligues, con todos los respetos para el hijo de la tonadillera y el torero. La caspa contra el glamour.
A mí me aburre soberanamente la prensa rosa y el famoseo derivado. Desde la época de Crónicas Marcianas no he vuelto a saber de esa gente. Me dan alergia los programas del corazón (o del hígado).
Yo recuerdo que cuando de pequeño iba con mis padres a visitar a mi abuela, ésta tenía en el salón revistas sobre los famosos y famosas de la época. Como me aburría con las conversaciones de los mayores y no había periódicos deportivos ni tebeos, que era lo que yo devoraba por aquellos tiempos, me entretenía ojeando esas publicaciones. Nada que ver con lo de ahora. Yo creo que se ha perdido cierta inocencia. En la inolvidable película "Vacaciones en Roma" se describe muy bien cuál era el talante de este tipo de prensa en aquellos años.
Las celebridades que copaban las revistas de entonces tenían un halo de prestigio y llegaban sobre todo del mundo del cine y de la canción. En esas vertientes, Francia e Italia eran mucho más conocidas en nuestro país de lo que lo son ahora. Centrémonos en ellas. Estos dos países eran una fuente inagotable de cultura popular y de masas. Una gran parte de la industria del entretenimiento provenía y era facturada en los estudios franceses e italianos. Hay muchos nombres que, agrupados a la buena de Dios sin orden ni concierto, describen toda una época, nos explican el imaginario cultural de esa década prodigiosa y subrayan las tremendas diferencias entre el ayer y el hoy, entre la prensa con noticias de cultura y sociedad de antes y de ahora. Son personajes que entran en el cupo del famoseo de aquellos años junto con otros que destacan por su popularidad dentro del mundo de la canción, de la pantalla... Poblaban muchos de ellos las revistas del corazón y otros las secciones culturales de la prensa. Pero son un buen termómetro que nos indica cómo han cambiado los tiempos. Comienzo a nombrar de memoria, según me van viniendo a la cabeza al azar, sin consultar nada. No creo que nos pueda salir ahora una lista semejante con la información cultural que nos llega de Francia e Italia:
Sofía Loren, Carlo Ponti, Silvie Vartan, Johnny Hallyday, Brigitte Bardot, Gunter Sachs, Roger Vadim, Jean Marais, Alain Delon, Rommy Schneider, Mireille Darc, Claudia Cardinale, Marcello Mastroiani, Gina Lollobrigida, Catherine Deneuve, Jean Paul Belmondo, Rosanna Podestà, Anna Magnani, Vittorio Gasman, Silvana Mangano, Ugo Tognazzi, Vittorio de Sica, Adriano Celentano, Virna Lisi, Mónica Vitti, Gigliola Cinquetti, Rita Pavone, Domenico Modugno, Mina, Patty Bravo, Milva, Renato Carosone, Charles Aznavour, Federico Fellini, Giulieta Masina, Luchino Visconti, Pier Paolo Pasolini, Anita Ekberg, Jean Louis Trintignant, Anouk Aimée, Adamo, Mireille Mathieu, Edith Piaf, Jane Birkin, Serge Gainbourg, Francoise Hardy, Marie Laforêt, Juliette Greco, Jean Luc Godard, Francois Trufeau, Louis de Funès, Fernandel, Charles Trenet, Georges Moustaki, Barbara, Leo Ferré, Jacques Brel, Georges Brassens, Gilbert Becaud...
Yo creo que ha bajado el nivel.
(Texto: © Mariano López A. Abellán)
Toda la razón. Y si piensas en las propias revistas no era lo mismo el Blanco y Negro de la época. Ni la Codorniz con personajes como ¡ Oh Kalicatres sapientísimo...! Había “glamour” y mucho ingenio que deseábamos ver o leer para que hiciera animar los espíritus. Las historias reales eran de película. La vida de la Callas, la de Audrey Hepbrum, la de la Piaff etc. etc. etc. No necesariamente divertidas, pero sí interesantes. Las personas, per sé eran interesantes.
ResponderEliminarNaturalmente que hay una diferencia abismal.
ResponderEliminarHoy, aunque no nos guste, los medios de comunicación empaquetan morbo y ordinariez como gran noticia e interesante contenido.
Se escudan en que la gente gusta de consumir esa basura pero en realidad es que su altura periodística no da más de sí, es más bien "bajura" intelectual alimentada de bazofia.
Totalmente de acuerdo
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