La Europa de las catedrales



Faltaban todavía bastantes años para que llegara el Renacimiento y el hombre pasara a ser el centro del Universo, la medida de todas las cosas. De momento, el ser humano era un granito de arena que prestaba su insignificante y anónima aportación para que la grandeza de Dios se manifestara sobre la tierra. El románico, merced a las nuevas técnicas que se gestaron mayormente en Francia, comenzó un proceso de estilización que hizo cobrar a los nuevos templos una esbeltez y una ligereza nunca imaginadas. Sin caer en la cursilería podríamos decir que los europeos escribían poesía con las piedras que elevaban al cielo. 
Estas catedrales dejaron un sello imperecedero en el territorio europeo, fueron una muesca más en el proceso de culturización cristiana que terminaría marcando de manera definitiva el carácter de la Civilización Occidental. 
 Y sin embargo, qué curiosa y contradictoria es la condición humana. Mientras los maestros canteros y los artesanos de la piedra erigían, merced al inmenso esfuerzo de la colectividad, esos grandiosos  homenajes arquitectónicos a mayor gloria del Criador, esos mismos cristianos que forjaban las raíces ideológicas de Europa en nombre de una religión que preconizaba el “amor al prójimo”, el “perdón de los enemigos” y el “poner la otra mejilla”, esos mismos cristianos, decimos, se masacraban en los campos de batalla perpetua y permanentemente.  Y es que la Historia de Europa se podría apostrofar como la Historia de la Guerra. Una historia, la de este continente de honda raíz cristiana,  que llega prácticamente hasta nuestros días.

(Texto: © Mariano López A. Abellán)

Interior de la catedral de Colonia
[“La catedral de Colonia (en alemán, Kölner Dom —oficialmente Hohe Domkirche St. Peter—), es un templo católico de estilo gótico, comenzó a construirse en 1248 y no se terminó hasta 1880. Está situada en el centro de la ciudad de Colonia. Con sus 157 metros de altura fue el edificio más alto del mundo hasta la culminación del Monumento a Washington en 1884, de 170 metros. Es el monumento más visitado de Alemania.[cita requerida] Es además la sede del Arzobispo de Colonia y de la administración de la Arquidiócesis de Colonia.
Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1996.”] (Wikipedia)

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