Desde siempre
asocié la imagen de Enrique VIII a la de un rey marcado con una aureola de
tremendismo difícilmente disimulable. La sucesión de esposas ejecutadas y/o
repudiadas y la traumática ruptura con Roma, que marcó definitivamente la Historia de su pueblo hasta
nuestros días, avalan esa visión del monarca inglés.
Pero hay que reconocer que existen otras
facetas de Enrique VIII que conforman una imagen más poliédrica del soberano. Esas
cualidades, esas características, quizá nos presentarían la figura del Tudor asociada a la de un “príncipe del Renacimiento”
y entreverada con la del “Cortesano” de Castiglione. En fin, es una opinión.
El caso es que ojeando la revista informativa
de una prestigiosa editorial que se dedica desde hace bastantes años a la venta
de libros a domicilio descubro una serie de informaciones sobre el rey inglés
que considero muy interesantes y que paso a transcribir a continuación:
“- Apasionado de la medicina, ideó más de treinta remedios caseros para curar distintas afecciones.
- Fue el primer rey que organizó carreras de caballos como las entendemos hoy.
- Era conocido su talento musical: además de compositor, tocaba instrumentos como el laúd, la flauta o el arpa.
- Hablaba a la perfección francés y latín. Entendía italiano y algo de español.
- Solía llevar las ropas perfumadas con lavanda y agua de azahar, o la fragancia de su propia creación: una mezcla de musk, ámbar gris, azúcar y agua de rosas.
- Atesoró más joyas que cualquier otro monarca inglés, y muchas de ellas fueron diseñadas por él mismo.”
(Revista del Círculo de lectores nº286).
De Hans
Holbein el Joven (1497/1498–1543) - The Yorck Project: 10.000 Meisterwerke der
Malerei. DVD-ROM, 2002. ISBN 3936122202. Distributed by DIRECTMEDIA Publishing
GmbH., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=152992
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