Como la gente fué sossegada, Darioleta se levantó y tomó a Helisena assí desnuda como en su lecho estava, solamente la camisa y cubierta de un manto, y salieron ambas a la huerta, y el lunar hazía muy claro. La donzella miró a su señora y abriéndole el manto católe el cuerpo y dixo riendo:
- Señora, en buena hora nasció el cavallero que vos está noche avrá.
(Y bien dezían que ésta era la más hermosa donzella de rostro y de cuerpo que entonces se sabía).
Helisena se sonrrió y dixo: -
Assí lo podéis por mí dezir, que nascí en buena ventura en ser llegada a tal cavallero. (...)
El rey que la conosció, miró y vio a Helisena su muy amada y fue a tomar a su señora entre los braços y ella le abraçó como aquel que más que a sí amava."
(AMADÍS DE GAULA. Garci Rodríguez de Montalvo)
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