Un libro leído estos días durante el
confinamiento. El convulso siglo XIX español. La ejecución de los sargentos
tras el pronunciamiento fallido de la noche de San Gil; O'Donell, Serrano,
Prim, la camarilla ultrarreaccionaria de Isabel II, los preparativos de la
Gloriosa, los exiliados españoles en Francia e Inglaterra, el pueblo llano
madrileño, los ferrocarriles que iban hacia el Norte, los veraneos
aristocráticos en San Sebastián, los nobleza liberal, los ideales
revolucionarios, el París de la Exposición Universal y el ansia de libertad, la
batalla de Alcolea, las Juntas Nacionales y la salida de la reina hacia el
destierro francés sin comprender por qué había pasado todo aquello y
confirmando por tanto la ceguera que había dado lugar a aquella situación
histórica. Y atravesando todo aquello como hilo conductor, la trayectoria vital
de Santiago Ibero, joven idealista y revolucionario, oveja negra de una
"buena familia", y su historia de amor con Teresa Villaescusa,
hermosísima mujer surgida del arroyo y mantenida de aristócratas decadentes
mediante las turbias maniobras de su alcohólica, patética y anciana madre. Y
todo esto contado con un ritmo y un dominio del "tempo" narrativo
propios de un auténtico maestro. De los libros que mejores ratos me han hecho
pasar últimamente.
(M.L.-A.)
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