“Las parábolas en el recuesto de las colinas verdes, los milagros por caminos de sementeras y de vendimias, las pláticas con los hombres que pisan la uva en los lagares, los consejos a las mujeres que hilan bajo los techos de cedro en las casas de Nazaret, toda la vida campesina y enigmática de los Evangelios, tienen un sentido nuevo en el corazón del Santo de Asís. Con el amor por las cosas humildes y fragantes enseñaba una comprensión de la belleza, como si el mundo acabase de nacer, y aún estuviese cubierto del rocío de la mañana. (…).Solamente algunos ascéticos advirtieron el sentido inefable de una belleza donde los ojos aman por la gracia de ver y los oídos por la gracia de escuchar, sin el halago de las formas sensibles, con olvido del sentimiento genitor que anima la tragedia. Toda la vida franciscana está llena de este ejemplo, y en algunos pasos su emoción es tan honda que sobrecoge.”
(La lámpara maravillosa. Ramón del Valle-Inclán)
Comentarios
Muy muy bonito. Gracias Mariano
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