"Memorias de España" de Giacomo Casanova

Giacomo Casanova, personaje conspicuo del siglo XVIII, fue viajero, violinista, masón, escritor, estudioso de la oftalmología, políglota, iniciado en los saberes esotéricos y ocultos, amante impenitente de mujeres de todo tipo y condición... Él se definía a sí mismo como filósofo.  Su existencia encierra muchos enigmas. Su obra principal, “Histoire de ma vie” es un fresco grandioso de la sociedad de su tiempo. Es también una herramienta excepcional para los estudiosos de la época. Hasta los cambios monetarios que describe entre los muchos tipos de  divisas de los estados que visitaba son una fuente única para la investigación del tiempo que le tocó vivir.

 Con el nombre de "Memorias de España" la editorial Planeta publicó hace años un volumen en el que se incluía el pasaje dedicado por Giacomo Casanova a su estancia en nuestro país. Este libro era pues en realidad un fragmento más de su monumental "Histoire de ma vie". Constituye un documento histórico y sociológico muy interesante para conocer la realidad española y las costumbres de ese tiempo.
  A continuación vienen transcritos algunos breves textos de esta obra. 
 ["La comedia española estaba llena de disparates, pero no me disgustaba. He visto “autos sacramentales” que poco tiempo antes estaban  prohibidos en Madrid y he advertido la desvergüenza de una policía indigna en la manera como construyen los palcos, a los que llaman “aposentos”.(...)
-¿Qué encontráis de asombroso en ello? (G. Casanova)
- Es asombroso porque si la señora y el señor están seguros de que los que están en el patio no les ven las manos, podrían hacer un mal uso de ellas. (Espectador español)
- ¿Qué uso?
- ¡Válgame Dios! La señora podría hacerle una “puñeta”al señor."]
[“Me dice que llevará un buen abrigo, y me entera de que es zapatero.
 - Le ruego,  entonces, que me tome medida para hacerme cuanto antes unos zapatos.
 - Nunca lo haría, pues soy hidalgo. Si tomase medida a alguien me rebajaría, soy “zapatero de viejo” y, no estando obligado a tocar los pies de nadie, no menoscabo a mi nobleza ni ofendo a mi nacimiento.
 - ¿Quiere entonces arreglarme estas botas?
 - Cuando os las devuelva os parecerán completamente nuevas; pero veo que están muy deterioradas; os costará un “peso duro”.(...)
 He aquí un remendón que desprecia a los zapateros, que a su vez debían burlarse de él.
(...)
 Me reía en mi fuero interno de tener que llamar “Don”a un remendón que no quería ser zapatero porque era “hidalgo”. (...)” ]
[“A los españoles les edifica todo lo que demuestra que en nada de lo que hacen pierden jamás de vista a la religión. No hay cortesana que, encontrándose con su amante y cediendo a sus deseos amorosos, se decida a la hazaña sin haber cubierto antes el crucifijo con un pañuelo y vuelto de cara a la pared los cuadros que representan la imagen de un santo. Quien se riese, el que calificase a esta ceremonia de absurda y supersticiosa, pasaría por ateo, y puede que la cortesana fuese a denunciarle.”]
[“Ayer,  el cura de mi parroquia anunció en la puerta de su iglesia parroquial el nombre de todos los que están alojados en su distrito y que, por no creer en Dios, no han cumplido con la Pacua”]

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