En Cuarto de Bachiller (1969/70), en los Maristas del Malecón, tuve un compañero de pupitre que era un auténtico forofo del Real Madrid. A través de este colega supe de la existencia de una revista mensual que publicaba el club merengue, el llamado Boletín Informativo. Por otra parte, en mi casa, desde mi padre al último de mis hermanos todos profesábamos la religión blanca: no tardó mucho en entrar en nuestro hogar la mencionada publicación.
Guardo todavía algunos ejemplares. Uno de ellos, al que pertenece el reportaje fotográfico que viene a continuación, era un número extra que conmemoraba los veinticinco años transcurridos desde la inauguración del Estadio Santiago Bernabéu. (1947-1972). Las instantáneas que publico aquí recrean lo que entonces eran las modernas y funcionales dependencias de las que se enorgullecía el club blanco. Para mí, en la distancia temporal, estas fotografías tienen un valor sociológico inmenso. Nos retratan en cierto modo cómo era el mundo de esos años.Esas imágenes de las instalaciones madridistas intentaban proyectar una
idea de progreso y solvencia, de sociedad deportiva que andaba a la vanguardia.
Yo me tiré la
infancia soñando con que el Real Murcia subiera a Primera División, se codeara
con los grandes y echara raíces en esa categoría. En vista de que esos sueños nunca
se llevaban a cabo puse todas mis complacencias en el Real Madrid. Muchos años
después entré en un agnosticismo tal que los colores de mi antiguo equipo
dejaron de preocuparme y solo me interesaba ver buen fútbol, viniera de donde
viniera, a pesar incluso de que fuera protagonizado por el Dream Team de Cruyff
(menuda herejía) aunque eso restara
nivel de adrenalina a las jornadas futboleras. De todas formas, en el fondo
siempre tenía la oculta esperanza de que nuestro Real Murcia resurgiera de sus
cenizas y nos hiciera pasar tardes inolvidables. Ahora, esa esperanza la he abandonado
ya para siempre.
(Texto: © 2019 Mariano López- Acosta Abellán)
(Texto: © 2019 Mariano López- Acosta Abellán)
Comentarios
Publicar un comentario