jueves, 11 de julio de 2019

"El «Martha McKeen» de Wellfleet" . Edward Hopper.



 En esta embarcación que surca las aguas en un luminoso día de verano no había lugar para la fibra ni para los materiales sintéticos. Todo era biodegradable. Podemos imaginar de madera la breve cubierta al igual que el casco, el mástil, la orza, la botavara, el timón, hasta el último acabado de la nave. Edward Hopper, el pintor que hacía sociología con sus pinceles y nos mostraba la línea de sombra del american way of lifeesa ensoñación de un mundo mayoritariamente WASP, navega en este velero invitado por el matrimonio McKeen. Estamos en agosto de 1944, en el tiempo de la liberación de París y de la lucha sin cuartel de la Marina americana en la Guerra del Pacífico. El artista estadounidense se ha consagrado con obras en las que se muestra el lado amargo y melancólico de los solitarios de las grandes urbes, la desesperanza y el vacío de tantas vidas anónimas a las que se les escapa de entre los dedos el "sueño americano". Hopper ha sabido leer entre líneas como nadie y descifrar el desvalimiento de las personas que se sienten solas y absurdas en medio de las ciudades.
 Pero en esta soleada mañana estival, lejos de las tristes figuras noctámbulas de los bares de madrugada, surcando unas aguas muy azules, con las velas henchidas de viento favorable y maniobrando junto a un banco de arena poblado de gaviotas, todo es plenitud y alegría de vivir, como en un anuncio de Martini. 
 Posiblemente alguna noche invierno,  escuchando tal vez a Glenn Miller, habría de recordar Hopper con nostalgia las horas de navegación con Reggie y Martha McKeen.

(Texto: Mariano López-Acosta)

El "Martha Mckeen" de Wellfleet1944. Edward Hopper

Óleo sobre lienzo. 81,5 x 127,5 cm
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza



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