Colores fríos y colores cálidos. Las noches de estudio de Granada.
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(Mark Rothko. Número 14. 1960) Después del café de rigor en el bar Toronto y de un cigarrillo mientras organizábamos toda la logística de la noche de estudio (flexos, ceniceros, tabaco, apuntes, papel borrador sin blanquear que nos salía más barato y que comprábamos prácticamente al peso, roturadores, etc.), por fin comenzamos a concentrarnos, cada uno en sus materias, y arrancó la velada. Se acercaban los terceros parciales y la suerte comenzaba a estar echada. Pero aun quedaba margen de maniobra y había que apurar hasta el último minuto. Yo recuerdo que por aquel entonces preparaba una asignatura de 3º de Farmacia llamada Técnicas Instrumentales. Estábamos los habituales, los de Físicas, los futuros farmacéuticos y uno de aparejadores. Lentamente el humo del tabaco se iba adensando. A medida que nos concentrábamos el silencio inundaba el salón de estudio. No se escuchaba una mosca (ya las había en esa época del año) pero sí una gota que caía con regul...