Todo un corpus literario atraviesa la Edad Media y los siglos posteriores para llegar hasta nuestros días generando una infinidad de manifestaciones culturales de muy distinto calado. Algunas piezas de Wagner y de muchos otros compositores, multitud de obras pictóricas, escénicas, literarias, cinematográficas tienen como fuente de inspiración la semilla de ese corpus, la originariamente llamada “materia de Bretaña”.
¿Cómo representa de manera sencilla la cultura popular la temática tratada a través de todas estas expresiones en el tiempo? Básicamente describe un legendario reino que tiene por corte la mítica Camelot. Y allí hay un monarca, el rey Arturo, que se rodea de un grupo de caballeros con los que se reúne en torno de la llamada Tabla Redonda, mesa que dispone de esa particular geometría para asegurar la igualdad de privilegios de todos los que se sientan alrededor de ella.
No falta una bella reina, la sin par Ginebra, esposa de Arturo, que generará sin duda mucha tensión a la trama con sus devaneos amorosos con Lanzarote, uno de los caballeros de dicha comunidad. Esta peripecia supone todo un tributo al "amor cortés", tan en boga en el imaginario de la época en que comienza a concretarse en literatura escrita lo que venía siendo hasta entonces pura tradición literaria oral.
Pero bien, ¿como se abre paso a través de la bruma de los siglos esta leyenda hasta cristalizar en todo ese caudal literario que inunda la Edad Media en Europa?
Hay para ello que volver la vista a la convulsa historia de Inglaterra. Sabemos que aunque es conquistada por Julio César en el 54 a.d.C. fue romanizada en realidad por el emperador Claudio. La presencia de Roma en la isla duró tres siglos y medio. En el siglo IV de nuestra era el poder romano fue declinando y ante las oleadas e intentos de invasión por parte de piratas anglos y sajones, y todo ello inmerso en un escenario de una gran inestabilidad, el Imperio termina desentendiéndose de sus posesiones en Gran Bretaña. Ese vacío de poder es ocupado por una serie de caudillos celtas de orígen galés que intentan luchar a toda costa contra la creciente amenaza procedente del mar. Consiguen paralizar el avance sajon hacia la mitad del siglo VI. Los investigadores de lo artúrico hablan de la batalla de Badon, en que los celtas consiguen derrotar a los invasores
Hay que aclarar que estamos hablando de unos siglos muy opacos para la historiografía inglesa. Se habla de las "páginas en blanco de la Historia de Inglaterra". Pocos documentos y datos históticos ayudan a los investigadores para construir el relato de aquellos tiempos.
(Continuará...)
No falta una bella reina, la sin par Ginebra, esposa de Arturo, que generará sin duda mucha tensión a la trama con sus devaneos amorosos con Lanzarote, uno de los caballeros de dicha comunidad. Esta peripecia supone todo un tributo al "amor cortés", tan en boga en el imaginario de la época en que comienza a concretarse en literatura escrita lo que venía siendo hasta entonces pura tradición literaria oral.
Pero bien, ¿como se abre paso a través de la bruma de los siglos esta leyenda hasta cristalizar en todo ese caudal literario que inunda la Edad Media en Europa?
Hay para ello que volver la vista a la convulsa historia de Inglaterra. Sabemos que aunque es conquistada por Julio César en el 54 a.d.C. fue romanizada en realidad por el emperador Claudio. La presencia de Roma en la isla duró tres siglos y medio. En el siglo IV de nuestra era el poder romano fue declinando y ante las oleadas e intentos de invasión por parte de piratas anglos y sajones, y todo ello inmerso en un escenario de una gran inestabilidad, el Imperio termina desentendiéndose de sus posesiones en Gran Bretaña. Ese vacío de poder es ocupado por una serie de caudillos celtas de orígen galés que intentan luchar a toda costa contra la creciente amenaza procedente del mar. Consiguen paralizar el avance sajon hacia la mitad del siglo VI. Los investigadores de lo artúrico hablan de la batalla de Badon, en que los celtas consiguen derrotar a los invasores
Hay que aclarar que estamos hablando de unos siglos muy opacos para la historiografía inglesa. Se habla de las "páginas en blanco de la Historia de Inglaterra". Pocos documentos y datos históticos ayudan a los investigadores para construir el relato de aquellos tiempos.
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