El Concierto de Brandenburgo Nº 2 de Johann Sebastian Bach
MI AFICIÓN EN serio a la música clásica se remonta al año 1979 (d.d.C.). Aunque para entonces ya oía piezas más o menos conocidas, se puede decir que todo comenzó por esas fechas, cuando escuché por primera vez el Concierto de Brandemburgo nº 2 de Johann Sebastian Bach. Ahí estaban pasándose la pelota continuamente - como en un rondo de esos que hacía el Barça del Dream Team - el violín, el oboe, la flauta de pico y la trompeta barroca, ésta última siempre dominando la situación, cerrando los periodos musicales, proponiendo frases nuevas. Y de fondo, sin parar, el acompañamiento y el bajo continuo, como si llevaran encima varios cafés bien cargados. Todo es contrapunto en estado puro y por eso parece a veces la anarquía total, cada uno por su lado tocando melodías diferentes, pero siempre, por supuesto, armónicas entre sí. Desde entonces pienso que Johann Sebastian Bach era un extraterrestre. La cinta de cassette, del viejo sello (cómo no) Deutsc...