El capítulo 50 del Quijote
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En esta ocasión, Don Quijote tiene que defender, ante un canónigo culto y de mesurado espíritu que lo interpela, la veracidad de las historias contadas en los libros de caballerías. Gran parte de este diálogo arranca del capítulo anterior. No recuerdo en todo el libro un momento en que el caballero manchego tenga que poner tan a prueba sus dotes dialécticas para defender lo que para él es su razón de vivir. La poética y a la vez novelesca descripción con que el Ingenioso Hidalgo recrea un tópico episodio del universo caballeresco, cual es la hospitalidad dispensada en un fantástico palacio a un héroe de estos relatos cuando tras superar una prueba en que hace gala de su acrisolada valentía es recibido y agasajado por el rey y cuidado por una bella princesa, en torno a la cual se despliega toda la fascinación del “amor cortés”, no tiene parangón en la Historia de la Literatura en mi opinión. El estilo que despliega Cervantes en estas descripciones, parodiando el de las Novelas d...